lunes, 17 de septiembre de 2018

TAN-CAM-PAN-TE / N°6 - Narrativas sonoras de la infancia



TAN CAM PAN TE N°6 / Narrativas sonoras de la infancia

La IMAGEN de la portada es paradigmática, un niño y un toca-disco portátil, posiblemente un RCA Solid State japonés, de los setentas. La magia de la máquina subyuga sin lugar a dudas. El disco que narra, que cuenta, que le habla, que le dibuja historias con la voz.

La literatura infantil siempre parece estar en un segundo plano, parece y repitamos “parece” una actividad menor, pero en realidad es un importante engranaje del mercado editorial.
El libro dedicado a un público infantil ha tenido y tiene hoy en día un nicho seguro en la literatura nacional.
No interesa a esta publicación hacer un estudio pormenorizado sobre qué es “literatura infantil”, campo por cierto amplio y de límites en muchos casos borrosos. En todo caso adscribiremos generosamente en dicha área obras y trabajos que se auto-incluyan en el género.
Ahora bien, ¿qué pasa cuando trasladamos esta “literatura” al campo sonoro?
En principio podemos vislumbrar dos grandes grupos: la puesta en voz y la canción. Sobre los trabajos que transitan la oralidad encontramos (mencionados en orden aleatorio) poesía, cuento, teatro y trabajos didácticos.
La canción sin duda es lo que abarca el mayor volumen de obra editada, además quedaría mencionar un ámbito intermedio en el que lo narrado y lo cantado ocupan en mayor o menor grado, el mismo espacio compositivo.
El “fonograma infantil” posee como gag reconocible en su género, el usar a un narrador en segunda persona que de manera recurrente rompe esa “cuarta pared” virtual, y se invita a participar al escucha de distintas maneras. En la época de las grabaciones en soporte vinilo, es frecuente oír en los últimos surcos frases como: “yo, yo…yo les digo que den vuelta el disco” o “…espérate que el niño haga el disco girar” y también “…ahora, a dar vuelta el disco, vamos”. Se proponen adivinanzas a las que les sigue un silencio que le sugiere al escucha dar una respuesta o se le pide que acompañe lo cantado con palmas o que haga coros. Se convierten estos trabajos en verdaderas experiencias interactivas.
Los materiales usados para este tipo de trabajo en la época pre-digital solían ser resistentes, se utilizaban formatos pequeños, preferentemente de siete pulgadas, para que el objeto disco fuera más amigable a la manipulación del niño. El uso del vinilo era el más apropiado en la época analógica, además se empleaban vinilos de colores brillantes. También se desarrollaron productos que hacían hincapié en la flexibilidad, aunque no tenían la misma fidelidad del vinilo pero sobrevivían al duro uso infantil, materiales como Metrolite, Merco Plastic y Sav-o-flex. En muchos casos estos flexidiscos se insertaban en pequeños libros que proponían acompañar la escucha con la lectura.
La llegada del casete abarató los costos y también la duración de los materiales, y en esta era digital además del CD encontramos libros que incorporan tecnología de reproducción de audio, por lo que basta con apretar algún botón o dar vuelta una página para encontrarnos con la magia de escuchar la propuesta.

Sin duda la empresa pionera en nuestro país fue Sondor con una serie de trabajos realizados para el público menudo, se publicaron bajo la etiqueta “Sondorito” a mediados de los cincuenta. Sondorito era un personaje infantil que relataba historias de su día a día, en la escuela, en la casa, con los amigos. También había una serie específica llamada “Sondorito en la escuela”, que oscilaba entre el humor y la información didáctica. Se desarrollaron elencos teatrales (Teatro Infantil Sondorito) actores como Mary y Oscar Casalás, o la Orquesta Calesita dirigida por Horacio Malvicino, o cantantes como Alberto Closas o Luz Bermejo entre tantos. También encontramos intérpretes extranjeros que grabaron o editaron en el país como por ejemplo la argentina Gladys Marvel o la española Amalia Sánchez Nieto.
La serie “Sondorito” eran discos de 78 r.p.m. pero de tamaño menor al usual, de 7 pulgadas y fabricados con vinilo de color, principalmente rojo.
Rubén Carámbula, músico, docente y escritor fue otro de los pilares de Sondor a fines de los cincuenta, editando varios discos con trabajos para niños bajo la etiqueta “Sondorito”, el recordado simple doble “El amigo de los niños” de 1959 impreso en vinilo verde.
El actor Eduardo Freda recordado por su personaje televisivo “Pilán”, luego de haber realizado varios espectáculos teatrales exitosos, edita en 1968 por el sello Orfeo el álbum “Canciones para vacaciones”, en el que interpreta textos y poemas infantiles acompañado por músicos de gran jerarquía como Julio Frade, Daniel Lagarde o Gastón Buenseñor entre otros. Este álbum tiene el inolvidable y vanguardista candombe beat “Hormiga y hormiga” con el texto de Elsa Lira Gaiero, recordada escritora de género infantil e integrante de la primera directiva para la “Feria de Libros y Grabados”. Además de los músicos antes mencionados participaron en este tema la famosa cuerda de tambores de Waldemar, Hugo y Raúl Silva.
Carlos Alberto Irigaray grabaría para Sondor varios discos con canciones y relatos para niños y su trabajo más recordado “América del Sur. Obra: geográfico-historico-musical” de 1969
Los setenta han dejado trabajos discográficos para niños de muy buena factura. En 1971 Ayuí presenta el disco simple de Juan CapagorryCapagorry cuenta a los niños”. En 1976 por ejemplo los recordados “Pescando ilusiones” editado por el sello Sondor, compuesto por Isabel Pena, y el álbum editado por Ayuí “El disco de Pegui” sinónimo de Margarita Merklen.
Mario Rivero periodista y hombre de radio también incursionó en la narrativa para niños, grabando para Macondo un par de discos a mediados de los setenta, historias de su recordado personaje “Cachinés”. Su hijo Tabaré Rivero, referente a partir de los ochenta en el mundo del rock, dio sus primeros pasos en los estudios de grabación junto a su padre.
Un grupo formado a mediados de los 70, graban su primer álbum en el 79, pero su éxito masivo y reconocimiento ocurre en la década de los ochenta, me refiero al grupo “Canciones para no dormir la siesta” que grabaron un total de ocho trabajos y una cantidad similar de compilaciones y reediciones.
Por este recordado colectivo pasaron figuras destacadas de nuestra música como Jorge Bonaldi, Horacio Buscaglia, Nancy Guguich, Leticia Laurenz, Gonzalo Moreira, Gustavo Ripa, Jaime Roos, Walter Venencio, Susana Bosch, Coco Fernández, Guzmán Peralta, Carlos Vicente o Cecilia Prato.
Varias de estas figuras tuvieron también una importante carrera produciendo espectáculos para niños además de generar una abundante discografía.
Pilán no fue el único en producir exitosos programas televisivo para niños, el inolvidable “Cacho Bochinche” personificado por el músico, comediante y actor argentino Arturo Cacho de la Cruz, inició su ciclo en la televisión en el año 1973 hasta que finalizó en el año 2011. Una carrera de 38 años en la que además del show (marketing mediante) produjeron una enorme cantidad de objetos periféricos al programa: juguetes, remeras, historietas, figuritas y por supuesto discos casetes y CD´s.
Otro boom televisivo para niños estuvo en las pantallas entre 1988 y 1991 conducido por la dupla de Horacio Rubino y Graciela Lopetegui, el primero venido del mundo del carnaval y la segunda del teatro, llamada “Horacio y Gabriela”. Primero fue “Requetesábado” luego “Requetedomingo”, para finalmente tener una frecuencia diaria con “Requetedivertidos”.
Los noventa fue una década en que la televisión se convirtió en el principal medio de entretenimiento para niños, además de las producciones nacionales (muchas más que las reseñadas) convivían en la pantalla series extranjeras como el “Show de Xuxa” (1991-1993), producido en Argentina, y el peruano “Nubeluz” (1990-1994).
Los fines de los noventa aportaron una importante camada de músicos populares que pensando en ampliar su oferta comercial comenzaron a producir espectáculos teatro-musicales, aprovechando los numerosos feriados escolares en los que ya es un clásico que los padres lleven a sus hijos y claro está que luego de la función si ésta resulta exitosa, la producción de fonogramas se convierte en una opción viable.
Dentro de estos músicos populares volcados a este nuevo  rumbo  encontramos a Mariana Ingol que junto a Osvaldo Fattoruso grabarían en 1991 “Disco Kid” también Rúben Rada en 1999 publicará el primer de una larga serie de fonogramas infantiles: “Rada para niños”.
En 1998 Nancy Guguich integrante de la mítica “Canciones para no dormir la siesta” junto a sus hijos Paolo y Martín Buscaglia retoman la creación de espectáculos teatro-musicales para niños y conforman “Cantacuentos” que grabaría en 1999 su primer trabajo homónimo.

Como primer acercamiento al fenómeno del fonograma infantil no hay mucho más que decir, las producciones en el siglo XXI son numerosas, realizadas tanto a través de sellos discográficos y de manera independiente. Como he señalado los trabajos musicalizados son mucho más numerosos que los narrativos, y sobre estos productos los hay hechos por quienes han abordado el género de manera profesional y con dedicación de largo aliento y quienes lo bordean como experiencia puntual o mera propuesta económica.
En todo caso serán los grupos infantiles de cada época los que convaliden o no la valía de estos trabajos. Será la memoria de los adultos la que filtre los recuerdos de la infancia.

El niño de la IMAGEN de la portada es el actual docente, investigador, poeta y músico Martín Palacio Gamboa, la foto es de principios de los ochenta, obviamente el fotógrafo llamó su atención, tal vez pidió que mirara a la cámara, a lo mejor quiso sorprenderlo pero no pudo. En todo caso podemos intuir que el niño quiere volver otra vez a su mundo, a ese disco que gira, a la fantasía primaria del relato, a la primigenia caverna en dónde el hombre contó la primera historia de la humanidad.

Ficha de audio

1961 Publicidad / Fundación Nacional Amigos del Niño del Campo,
         (grabada en Sondor)
1959 Sondorito en la huerta de Marisol / Mary y Oscar Casalás, Teatro infantil
         Sondorito (Sondorito en la escuela, n° 56)
1959 Sondorito y las cuatro estaciones / Mary y Oscar Casalás, Teatro infantil
         Sondorito (Sondorito en la escuela, n°60)
1959 El Circo del Abuelito Pascual / Ruben Carámbula (Sondor, 33040)
1968 Hormiga y hormiga / Pilán (Orfeo, ULP90508)
1969 La libertad / Júver Salcedo, Carlos Alberto Irigaray (Sondor, 33103)
1976 Al despertar / Mario Rivero (Macondo, GAM 622)
1976 Perros vagabundos / Isabel Pena (Sondor, 44040)
1976 Rio con erre / Pegui (Ayuí, a/e 11)
1980 Cacho Bochinche / Cacho Bochinche (Orfeo, SULP 90638)
1990 Tango Losso / Horacio y Gabriela (Variety, 447 B55)
1992 No me digan que no / Bossandblues (Sondor, 4755-1)
1993 El Pepe-Casete / Gabriela Posada (Sondor, 4827-4)
1993 Jugando a las escondidas / Jorge Bonaldi y Adriana Ducret
         (Orfeo, 91224-4)
1996 Juego de los Contrarios / Canciones Para no Dormir la Siesta (Sondor,
         4994-2)
2003 Rap de nacimiento - Los sobrinos siguen tomando el té con la tía Purita /
         Alfredo Nogareda (Aceituna Brava, s/n – España)
2008 El arrorró de los morenos / Mauricio Trobo, C. Páez Vilaró (MT 4260-2)
2015 Cuento Ensopado / Nancy Guguich (Montevideo Music Group, s/n)
2016 Pim Pum Pam / Palacatun (Butiá, s/n)
2016 Ins-Tru-Men-Tos / Ajó (Perro Andaluz, 6607-2)

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