miércoles, 5 de septiembre de 2018

TAN-CAM-PAN-TE / Nº 1 - El Pampero del Congo Boreal


TAN-CAM-PAN-TE / Nº 1
REVISTA DE POESÍA SONORA

El Pampero del Congo Boreal


Empezamos este primer número de Tan-cam-pan-te compartiendo dos trabajos analógicos, publicados en cinta casete, con algunos puntos en común. El primero, “Si el Pampero la acaricia” (1986) es un trabajo colectivo, editado por el sello Ayuí / Tacuabé (A/E 53 K) que contó con la coproducción de CEMA (Centro de Medios Audiovisuales), El mismo fue un proyecto del colectivo Ediciones de UNO, grupo editorial que como indica en el casete, hacía cuatro años que venían trabajando para sacar el fenómeno poético de la esfera de libro, llevando la poesía a la presentación en vivo, la performance multimedial con otros actores (músicos, plásticos, titiriteros, etc.) y en este caso en particular, poner el poema en la voz de los propios creadores. Agamenón Castrillón, Daniel Bello, Luis Bravo, Gustavo Wojciechowski, Héctor Bardanca y  Miguel Ángel Olivera, en este orden, llevaran el discurso oral de la poesía por un camino poco transitado en el país.

En líneas generales la escucha de la poesía grabada venía con un molde que podría definirse como una mezcla de sobriedad-seriedad, que se arrastra desde el discurso de la declamación teatral y que luego sustentaría el recitado criollo, una escuela impuesta por Sarah Bernhardt a principios del siglo XX, que cuando se hizo posible el registro de la voz, su peculiar modulación, su forma de expresarse desde lo sonoro, marcó un sello en la escucha de lo poético. Esta impronta declamativa llevada adelante por actores profesionales, comienza a ser suplantada en los 60´s por la voz de los propios autores, quienes comienzan a hacerse cargo del espacio sonoro para sus textos, es aquí que aparece una inflexión en el decir, (dejando de lado la interpretación y la declamación voco-gesticular del recitador profesional), la nueva escucha que proveniente de la recitación de los propios escritores, se mueve hacia un registro más plano, monocorde, alejado de sobresaltos y entonaciones melodramáticas, que ya escucharemos apenas en las cada vez menos interpretaciones de los actores de teatro o de los recitadores criollos. Ahora el poeta busca apenas una lectura mimética a la escritura, es sólo darle un poco de volumen a la lectura silenciosa, interna, que resuena apenas perceptible cuando nosotros lectores, nos enfrentamos a un texto.

Otro fenómeno a tener en cuenta en el país, es el incremento de la poesía cantada entre las décadas del 60 y 80, que ya veremos en otro número y del que ha escrito un voluminoso trabajo María L. Figueredo: Poesía y musicalización popular, selección y recepción del texto poético en forma musicalizada: el caso uruguayo, 1960-85. Publicado por la Biblioteca Nacional de Canadá en 1999.

Claro que hubieron excepciones a la regla, una camaleónica Berta Singerman sorprendiendo al público del sacrosanto teatro, con declamaciones de pregones callejeros o poetas futuristas. O más acá en el tiempo, en los 70´s a un Leo Antúnez recitando acompañado de bandas de rock progresivo, Amanda Berenguer y sus malabarismos vocales en Dicciones o algunas puestas en voz del actor Julio Calcagno, pero esas son rarezas que ya veremos en otro momento.

Ya entrado los 80´s, la escucha poética mantenía esos ecos de seriedad que reverberaban de las voces de un Fernando Pereda, Carlos Brandy, Saúl Ibargoyen Islas, Liber Falco, o una Circe Maia o Nancy Bacelo. Voces que desde los 70´s cimentaban un molde completamente alejado de las primitivas poéticas orales entonados por trovadores ambulantes o de los ritos chamánicos primarios.
Los 80´s entran proponiendo una escucha mesurada, tanto en la voz sola del poeta, o acompañado ocasionalmente por un músico, haciendo del poema musicado una extensión de la mimetización del texto escrito.

Si el Pampero la acaricia” marca un interesante mojón, en esta línea imaginaria de la escucha. Uno de los puntos a tener en cuenta es que hasta esta fecha no eran frecuentes los trabajos discográficos de poesía colectivos, al menos desde el punto de escucha, no resultaba común que se conformara un colectivo de autores y que los mismos pusieran en voz sus textos.
Los 80´s son años interesantes, retorna el sistema democrático entre los últimos coletazos de autoritarismo, el rock retoma nuevamente un lugar preponderante en el gusto juvenil (y en e mercado), la contra cultura New Age y el Punk, la electrónica, el abuso de las drogas son parte de ese seudo “destape” que nos llega un poco tarde, y esa postura de desenfado y de ir contra el establishment, marca también este trabajo.

La otra obra que señalamos y compartimos en este número, es un casete autoría de uno de los participantes del “Si el Pampero la acaricia  me refiero a Héctor Bardanca y su trabajo “El último capítulo de la historia del mundo” lanzado en 1993 por el sello Perro Andaluz (060). Y si bien esta obra se presenta bajo el nombre de Bardanca (autor de los textos y productor del álbum), hay que escucharlo como un trabajo colectivo. Esta forma de trabajar ya la podemos ver en su participación del “Si el Pampero...” cuando invita al cuarteto Asamblea Ordinaria, a Jorge Lazaroff o a Linng Cardozo. En esta oportunidad Bardanca presenta un verdadero combo, desde los tour de force en las voces de los niños Santiago Bardanca y Valentina Garín, los dúos con Víctor Guichón, o Luis Bravo, las presencias extraordinarias en solitario de Lalo Barrubia y de Marosa Di Giorgio, (esta última leyendo a primer toma un texto del alter ego de Bardanca: Ana Cheveski, y mientras recita puede escucharse de fondo un cascabeleo, apenas perceptible de sus numerosas pulseras, sacudidas cuando acompañaba la lectura con sus característicos gestos de las manos) y tan sólo una brillantísima puesta en voz de Bardanca en solitario. Y si bien esta revista se acota a la poesía sonora, vale la mención de que también sobre audios de “El último capítulo...” Bardanca editó un VHS con los videos Last Whoman, Congo Boreal y El hombre desnudo, que se pueden consultar en: 

Ambos casetes editados entre el 86 y 93, marcaron claramente una nueva manera de decir la poesía, entre collages sonoros (Claraboya sos la luna), lecturas simultáneas (Congo Boreal), performances vocales (Poesía sádico-anal) la interpelación directa al oyente (“Poema sobre el poema que IVA (inclído) en este fonograma”, o “: atención, atención...”) la recurrencia al poema musicado de corte ciudadano (“Camarine”, “Suburbianera ronca”) o de corte más experimental (El hombre desnudo).
La selección que presentamos pretende recuperar aquella escucha de quiebre de finales de los ochenta en el Uruguay, un periodo en el que se buscó recuperar aquel impulso de la neo-vanguardia de los 60´s, que fue silenciada, (como tantas otras expresiones) por el golpe de estado y la subsiguiente dictadura, sin olvidar que la urgencia política de resistencia social más que pedir, exigía el uso de lenguajes más “comunicantes” o tal vez más sencillos y directos.

El Pampero del Congo Boreal

Intro Tan – cam – pan – te
Camarine – Daniel Bello & Benjamín Medina (SEPLA)
El verdugo pródigo – Héctor Bardanca (SEPLA)
Suburbianera ronca – Miguel Ánge Olivera & Baudillo Bello (SEPLA)
Oración para el dios macho – Marosa Di Giorgio (EÚCDLHDM)
Furia  Sudamericana – Héctor Bardanca & Víctor Guichón (EÚCDLHDM)

La escucha completa de los trabajos se puede realizar en:
El último capítulo de la historia del mundo - https://archive.org/details/ElUltimoCapituloDeLaHistoriaDelMundo
  

Un streaming de apropiación indebida y arqueología azarosa ideado compaginado y editado por  Juan Angel Italiano en el labOratorio – Madonado
Mayo 2017

Breve reseña del fonograma como publicación periódica de poesía

Desde que en Francia Henri Chopin en 1963 convirtió su magazín Cinquième Saison en Ou – Revue disque, vimos como el registro discográfico se convirtió a la sazón en una publicación periódica, cuando comenzó a incluir junto a la publicación impresa un disco. En Italia encontramos en 1979 a Adriano Spatola y su revista Baobab – Informazione fonetiche di poesía, publicada en formato casete, y mas tarde continuaría Enzo Minarelli con la serie de publicaciones de 3Vitre, con discos simples y elepés. En los Estados Unidos aparecieron la revista Alcheringa – ethnopoetics, que a partir de su número dos en 1971 comenzó a incluir flexidisc en la publicación impresa, luego encontramos en formato casete los magazines VEC audio exchange, coordinado por Rod Summer en 1978, y Tellus - the audio-cassette magazine de 1983 editado por Joseph Nechvatal. El magazine canadiense Musicworks, a partir de la dirección de Tina Pearson en su número 23 (1983) comienza a incluir un casete con la revista. En Brasil en el año 1979 se da una unión entre Estúdio OM y Nomuque Edições, realizando varias ediciones periódicas de poesía en formato casete: Balalaika de ese año y ARTERIV de 1980. En Uruguay una experiencia similar ocurriría cuando algunas editoriales de libros, deciden incluir discos en su catálogo, como forma de expandir el registro poético fuera del libro. La editorial Alfa sería la primera en incluir este formato, en 1960 edita el disco que abrirá la colección "Poemas de la oficina" de Mario Benedetti. Dos años más tarde Sarandy Cabrera fundaría el sello editor Carumbé y en el año 1962 alcanzaría a editar algunos discos simples, luego la editorial Arca, en 1968 sacaría el sello discográfico Voces del Arca. Todos proyectos de corta duración, que si bien publicaron discos de poesía, no pensaron en el soporte sonoro como una publicación periódica. Recién en el año 1998 la revista Posdata, junto con el SODRE y el Museo de la palabra sacan la colección de casetes llamada Los 20 grandes de la literatura uruguaya, una edición realizada a partir de el acervo histórico del Museo de la palabra.


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